Inspiración tardía

Tengo ganas de librarme de todo. Librar cuan pensamiento que se asemeje a tu persona. Eliminarlo, tirarlo por las ventanas de mi memoria, desdichada.
Contruir una pared de ladrillos frente a la imagen del rostro que se cruza en mi mente cada cinco minutos... las veinticuatro horas... noche y día...
Lo intento pero no te vas. Persistente y testarudo, no te vas.
Pero ante tanta negativa, una duda se me cruza, volátil, pero dando vueltas hasta convertirse en insoportable.
¿A quién estoy tratando de olvidar? ¿A aquél principe a quien intenté olvidar hace más de 365 puestas de sol? ¿Al que el tiempo no le dejó escribir un final feliz en nuestro cuento de hadas?
¿O a aquél soplo de aire fresco que irrumpió cuando menos lo esperaba, pero más necesitaba? ¿Aquél con el que renuevo la suntuosa esperanza de que que ocupe el papel del héroe que he esperado hace 15 villanos?

Aires nuevos deberían significar ideas nuevas, pensamientos nuevos; ¿por qué entonces termino con el mismo tormento relatado a lo largo de hojas y hojas de papel que exhalan desdicha y decepción?
¿Será temor? ¿Miedo a ser feliz de una vez por todas?
¿Miedo a que los sueños se cumplan, para finalmente dejar de soñar?

¿No tendré temor a dejar de soñar?

No tener inspiración quizás sea el peor de mis miedos. Mis lágrimas suelen verse acompañadas de pilas de hojas entintadas... ¿Perdería todo eso si te tengo?
"Mucho que perder... y mucho que ganar".
Sin embargo no podría serle infiel a quien me ha acompañado cuando nadie más podía hacerlo.
Pero, ¿cómo lo sabré si no lo intento? ¿Algún día vendrías si te necesitara?


Inspiración, ¿cuándo lo harías?